lunes, 29 de septiembre de 2014

El sector biotecnológico... ¿aguanta el tirón? Sobre BioSpain 2014, y más


En los últimos días he tuiteado mucho de Biotecnología, más de lo normal. Lo he hecho desde Santiago, cubriendo in situ el BioSpain 2014, alejándome 3 días de la política sanitaria y científica que me atrapa en el día a día laboral. Sólo en parte, ya que Mato, Farjas, Núñez-Feijóo y compañía visitaron el congreso, y Ministerio de sanidad y consejerías autonómicas decidieron celebrar una reunión informal coincidiendo en tiempo y espacio con el congreso. Ni yéndome de Madrid a hablar sólo de biotecnología me libro de la política sanitaria, que eclipsó informativamente a lo puramente biotecnológico cuando la ministra anunció la financiación pública de Sofosbuvir, para la hepatitis C. Canutazo, llamada al periódico, "oye guárdame otra página", más curro...

Con el hagstag #BioSpain2014, el congreso se movió bien en redes sociales.
Algo más de impacto 2.0 me esperaba yo, quizá

Este post es una mezcla de la crónica de ambiente que escribí para un especial publicado en Diario Médico, y de otras ideas que no tienen en esta publicación su destino más lógico. ¿Qué me traigo de BioSpain? Mucho curro, pero un montón, y mucho gusto de saludar, charlar y compartir ideas con medio sector (medios, clínicos, investigadores, empresarios, patronal, inversores...) Llevo 8 años viajando para cubrir congresos científicos, nacionales e internacionales, y este BioSpain se ha llevado la palma en cantidad de curro. Me ha dejado exhausto mentalmente, y la noche compostelana del jueves me remató. Sarna con gusto no pica...

Networking nocturno.
Tras el curro, hubo algo de tiempo para visitar los bares compostelanos.

La séptima edición de BioSpain ha cumplido expectativas. El congreso, desde su edición de 2010 en Pamplona (era su cuarta edición), va sobrado: es un valor seguro y ya sólo le queda superar registros. Madrid 2006 y Granada 2008 sembraron la semilla cuando la cita aún era más underground; Bilbao 2012 confirmó el boom, y Santiago 2014 no iba a ser menos. El norte le sienta bien a BioSpain: veremos si la edición de 2016 sige la tradición, o se mueve hacia el sur. Algunos 'listos' piden Canarias... ;)


El primer especial que escribí sobre BioSpain. Hace ya seis años...

Visto desde el punto de vista del periodista asistente, la evolución ha sido tremenda. Casi no guardo recuerdos de la primera edición a la que asistí, en Madrid 2006. Sí me acuerdo más de Granada 2008, donde, medios locales al margen, creo que fui el único periodista invitado a cubrir el congreso. Me vi buscándome la vida, comiendo con investigadores y clínicos, buscando entrevistas, pululando... Era novato, pero guardo buenos recuerdos, como la cerveza que me tomé en un pequeño bar con Mariano Esteban, investigador del CNB-CSIC y hoy presidente de la Real Academia de Farmacia, mientras hablábamos sobre virus y vacunas.

... Y van cinco ediciones. En 2006 le cogí el gusto al sector, y he tenido la suerte de estar en 2008 (Granada), 2010 (Pamplona), 2012 (Bilbao) y en ésta última, 2014 (Santiago)

Lo difícil no es llegar, sino mantenerse y seguir creciendo, y ahí BioSpain puede esbozar una sonrisa. Es más de lo que puede hacer el sector al que representa, que está pasando un año de dudas y con el gesto algo torcido, consciente de que, más que nunca, se la jugará entre los presuntos brotes verdes de 2015 tras dos años difíciles en los que, pese a todo, ha aguantado el tirón. Hay razones para ver el vaso medio lleno, o medio vacío.

Este sector es multidisciplinar, pero no deja de ser una familia. No muy extensa, y muy joven. La media de edad de clínicos, responsables de laboratorios, inversores, empresarios, etc., puede rondar los 40. Todos se conocen, y viven el congreso de forma diferente a lo que pueden ser sus homólogos de otras disciplinas. Reina cierto desenfado y es casi imposible, también para los medios que normalmente cubren el sector, caminar 100 metros en BioSpain sin dar 200 abrazos, estrechar 100 manos y echar unas cuantas risas.


La política, en BioSpain. El presidente Alberto Núñez-Feijóo, la ministra Ana Mato, los consejeros Echániz y Rodríguez... Los políticos se acercaron al congreso, lo visitaron y aprendieron un poco de biotecnología (espero).

La biotecnología asoma la cabeza pese a las dificultades: el sector tiene mucho de vocacional, y sus protagonistas lo sienten suyo. Lo conocen como la palma de su mano, hacen los deberes, van pasos por delante y lo defienden con uñas y dientes. Los clásicos de la biotecnología llevan años compartiendo congreso, y saben que el networking es igual de fructífero con el primer café de la mañana, entre los stands comerciales, en las sesiones científicas y con la penúltima copa de la noche.

Hay tiempo para todo, también para recordar que se necesita ayuda externa, tanto pública como privada. En esta edición, estuvieron presentes la ministra de sanidad, los consejeros autonómicos, el presidente de la Xunta... El tiempo dirá si este apoyo presencial se convierte en apoyo económico, social y político. Ya tenemos los PGE para 2015, y parece haber una subida para la I+D+i... habrá que leer la letra pequeña, y esperar para saber si la biotecnología puede aprovecharse.

El CSIC, que alberga numerosos biomédicos y biotecnológicos, trata de levantar la cabeza tras su annus horribilis.
A vueltas con la financiación.... Forges, agudo, como siempre.